Llevar todo el día en la cabecita con la música y las letras de Alejandro Sanz ("hay un universo de pequeñas cosas..."), Amaral ("toda la noche en la calle" y "porque este mundo no lo entiendo, porque hay verano y hay invierno, hay alegría y dolor...") y sentir esa mezcla de sensaciones, entre romántica y nostálgica, a la par que feliz, tranquila y contenta. Un precioso atardecer más, tras un viernes de trabajo y ahí la vida, haciendo su magia, siempre en su punto exacto, al dente, lista y preparada, siempre a punto, siempre dispuesta a hacer que las mejores cosas nos puedan ocurrir. Hoy, ayer, aquí y ahora; maravilloso atardecer, maravillosa existencia, maravillosa vida.
Con la música al compás, bellas melodías alrededor; suavidad, ritmo y belleza. Sólo hay que dejar que hable esa vocecita que nos susurra y guía, esa a la que apenas escuchamos, porque "el ruido" de fuera suele poder más que ella. Sólo hay que saberla escuchar y dejar que nos hable y que nos diga. Sólo con el corazón en paz, seremos capaces. Hoy estoy contenta porque aunque en ocasiones me gustaría "tener" mucho más de lo que tengo hoy en día ("todo llega y llegará"...), o hasta incluso, "ser más" de lo que soy ("hay que llegar alto..., tener aspiraciones"...), tengo paz dentro de mí misma, porque mi mayor aspiración es ser yo misma; porque si lo pienso, tengo más de lo que en ocasiones creo, "se necesita". Tengo mucho de esas cosas importantes que nos hacen ser quién somos y lo que somos verdaderamente. Somos lo que somos, pero también lo que queramos ser y no hay límites, si no aquel (o aquellos), que nos pongamos cada uno de nosotros. Tal cual. Ni más ni menos que nadie. Sólo nosotros. Tan capaces de elegir si amar o no, de decidir el qué, el quién y el cómo, de optar o no, por negro o blanco; de decidir cómo, cuándo y dónde ser feliz. De averiguar y descubrir nuestro "por qué" y nuestro "para qué" particular cada día. Así, el cómo, el cuánto, el cuándo, el dónde y los por qué, serán preguntas clave, a la par que nuestra luz (u oscuridad...), brújula y guía.
Cuestión de decidir, de escuchar/se, de valores, de libertad, sin más, sencillamente y en definitiva. Personalmente, yo elijo quedarme con aquello/s que me hace sentir viva, con todo cuanto me hace vibrar y emocionarme y pone mis sentidos a flor de piel; con cuanto hace que una letra, melodía, sabor, olor, imagen o poesía, logra activar en mí ese algo mágico, capaz de causarme un "algo" (lágrimas o sonrisas), síntoma de que estoy viva y de que la vida misma es capaz de emocionarme día a día. Pasión, locura... Un lujo al alcance de cualquiera. Se necesita poco, o como dijo alguien: "no es más rico quién más tiene, si no quién menos necesita". Aquello que nos colma y que nos llena, es el camino, la respuesta. Y aún existiendo límites (la mayoría son sólo "cosa nuestra"), normalmente, éstos se vencen y se superan, con la creencia firme de que el esfuerzo, merecerá sin duda la pena.
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