La Finca "Encomienda de Cervera" se ubica en el término municipal de Almagro (Ciudad Real), en el centro neurálgico del macizo volcánico de Campo de Calatrava. Consta de 1.200 hectáreas con 60 hectáreas de viñedo que crecen delimitadas por la Sierra de Arzollar y la Cañada Real Soriana en una mezcla de suelos entre los que destacan las tierras negras de origen volcánica, las rojas color almagre, además de las calizas y pedregosas, clásicas del área; todas ellas influenciadas por el volcán "Maar de la Hoya de Cervera", declarado Monumento Natural en el año 1993, y las cercanas aguas del río Jabalón, uno de los afluentes más importantes del río Guadiana.
La bodega data de 1927, y ha sido adaptada con la piedra en marcha de depósitos de acero inoxidable y con la recuperación de los depósitos originales de cemento donde los vinos realizan la fermentación maloláctica. La finca surge en 1758 con la agrupación de las fincas Hacienda de Cervera, Cañada de Zentinar, Heredad de Villena, Hoya de la Cruz y Coto del Marqués de Cervera, a las que se une posteriormente el quinto barranco del Puerco, de la Mesa Maesrral del Campo de Calatrava.
El marquesado de Cervera está asociado a la ciudad de Almagro y el titulo fue otorgado por Carlos III al segundo hijo del segundo conde de Valparaíso, Juan Francisco Gaona Portocarrero Aranda Varona Arias y Rozas el 28 de octubre de 1779 por los servicios prestados a la corona desde el Regimiento de Reales Guardias de Infantería. La Encomienda de la Cervera fue concedida por Felipe V al segundo Conde de Valparaíso el 3 de octubre de 1741 y ratificada posteriormente por Fernando VI en 1748 y Carlos III en 1770.
Los vinos de Encomienda de la Cervera tienen la particularidad de ser ricos en polifenoles, uno de los componentes más importantes de la uva y el vino que actúan como antioxidantes. Esta virtud ha sido certificada oficialmente por la empresa para que el consumidor sea consciente de que su consumo moderado es excelente para la salud y el bienestar. Fruto de este compromiso es resultado su vino 1758 Selección Polyphenols 100, un vino fruto de la pasión de la bodega en la búsqueda de lo genuino. Cabernet Sauvignon, con pequeñas aportaciones de Syrah y Petit Verdot, que ofrecen un producto exquisito con más de 100 POLIFENOLES certificados en un paraje sin igual.
El responsable de todo ello es desde hace ya diez años el actual propietario, presidente y fundador de la bodega, Aurelio Espinosa. Fundador de otra gran empresa, Zemper, dedicada a la electrónica, ha sabido trasladar al mundo del vino algo tan importante como es la investigación, el Í+D. Aparentemente, dos mundos tan distantes como la electrónica y la viticultura, se unen en un punto tan interesante e imprescindible como lo es esa apuesta tan firme por la innovación.
Dos mundos tan diferentes entre sí, y tan relacionados sin embargo, pues si la electrónica sirve para trasmitir la luz eléctricamente hablando, esto es justamente lo que Aurelio consigue día a día en su bodega, darle más luz si cabe a estas tierras manchegas volcánicas y calizas, y, valga el juego de palabras, dar a luz así, a grandes vinos dotados no sólo de una frescura y viveza espectaculares, si no además, con un altísimo contenido de polifenoles, fruto tanto de la investigación y el afán innovador de la bodega, como del propio suelo volcánico donde se encuentra la finca.
Vinos de volcán, con aromas profundos al paisaje, a humo de chimenea, a frutas y bálsamos. Han recibido importantes galardones en su corta historia moderna. Así su "Vulcanus Alpha, 2014" ha obtenido Medalla de Oro en el Concurso Mundial de Bruselas celebrado en 2016, e idéntico galardón en el Concurso alemán "Mundus Vini". Por su parte, el "Poker de Tempranillos" obtuvo la medalla de Plata en ese mismo concurso en 2014, además de 91 puntos sobre 100 en la guía de "Robert Parker", mientras el "Vulcanus" ha sido Medalla de Bronce en el "Sommelier Wine Award".
En el actual viñedo se han introducido varios clones de Tempranillo de orígenes diversos como el cencibel manchego más tradicional y adaptado al entorno, el Tempranillo riojano, la Tinta del país de la Ribera de Duero y la Tinta de Toro, además de otras variedades como cabernet sauvignon, syrah, petit verdot y graciano, que se extienden por suelos volcánicos, arcillosocalcáreos y pedregosos en esta suerte de terruños tan ricos como variados.
La finca cuenta además con otras actividades agropecuarias como la elaboración de aceite de oliva que parten de una plantación tradicional de tres pies con más de 200 años y la variedad cornicabra, típica del Campo de Calatrava. A la misma se han agregado 100 hectáreas de aberquina y 28 hectáreas de picual. El aceite aberquina se ha alzado en dos ediciones consecutivas con el Premio al mejor aceite aberquina de España, en el prestigioso Certamen de Lleida "Esencia Románico".
Se elabora también Queso Manchego artesano procedente de ovejas de raza negra manchega, en peligro de extinción, que pastan libremente entre sierras, valle y rastrojos de la finca.
La Casa Principal de la finca está construida sobre un patio Manchego con sus corralas y balaustradas a imagen y semejanza del Corral de Comedias de Almagro. Además cuenta con una pequeña ermita y una almazara. El edificio, íntimamente ligado a la arquitectura reminiscente de Flandes, alberga en su interior acogedores salones donde poder llevar a cabo la cata de todos sus vinos y productos, así como la degustación de suculentos manjares fruto de la tierra y de la cocina tradicional casera.
Se pueden celebrar todo tipo de eventos y por descontado, es altamente recomendable y diría obligatorio, si aún no se ha hecho, hacer una visitar. Puro lujo y más si se tiene la oportunidad de conocer y charlar con Aurelio, como ha sido en esta ocasión mi caso. Infatigable, afanoso, hospitalario y apasionado de su trabajo, estoy convencida si ninguna duda, de que son las personas como él las que hacen que la sociedad evolucione, crezca y prospere. Hacen falta más Aurelios y que nuestros vinos, en este caso volcánicos y de la Mancha, sigan llegando a todos los rincones del planeta.
