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lunes, 13 de octubre de 2014

#PonleHuevos #ConcursoDeTortillas #DarLaVueltaALaTortilla o como ver el lado más sabroso de la vida #Gastronomía

Cuando algo "pinta bien", es casi seguro que saldrá bien. Y como dice el dicho, "si huele bien, sabrá mejor". Así es y así va a ser, de toda la vida...Me decía esta tarde un muy buen amigo respecto al momento actual en el que yo misma me encuentro (de mudanzas varias en todos los aspectos aplicables), que se trata solo de una estación más respecto a lo que va a ser el resto de la vida, que el tren seguirá pasando, y habrá mil estaciones más. Y que razón tiene, es cierto. Las estaciones son obligatorias. Las de apearse y las de la naturaleza. Y respecto a estas ultimas, el otoño ha llegado y se va instalando poco a poco en nuestras ciudades, pueblos y hasta en nuestra misma piel. Nos adaptamos al tiempo, porque, entre otras cosas, no nos queda otra. Llegan paulatinamente las bajas temperaturas, las lluvias, el viento; con ello, tal vez alguna que otra gripe, el pasar más tiempo en casa tal vez, las vendimias...Tiempo de refugiarse y resguardarse, pero sin dejar de lado las actividades. Sin ir más lejos, el próximo sábado día 18, celebraremos el segundo concurso gastronómico en la Escuela de Cocina de Paco Amor, al que hemos titulado #PonleHuevos. Elegiremos la mejor tortilla de entre las 16 que se presentarán al concurso. Y la verdad, lo mejor de estos eventos, es para mí, sin duda alguna, la tremenda ilusión con la que se participa, plantea y organiza, ya se trate de asistir como miembro del jurado, como concursante, como invitado, o como organizador, el entusiasmo permanece de principio a fin en alza. Esto es algo que, simplemente,  me maravilla. Vivimos como esperando que alguien aporte un poco de luz a nuestras vidas, o que alguien nos vea, que se fije en nosotros, que nos diga "oye tú, sí tú"; que nos coja de la mano, y que nos invite a compartir nuestro mundo, porque, cierto es, que todos y cada uno de nosotros, estamos, en realidad, solos y deseando que nos descubran, sonrían y nos arropen, como para no pasar en balde ni desapercibidos en este bello viaje que es la vida. Hay motivos de sobra y suficientes pues, cada día, para o bien aprovechar, o bien crear un sin fin oportunidades y vivencias de las que disfrutar exprimiendo al máximo las mismas. Reinventarse o marchitarse y apagarse día a día. La opción es obvia, clara, evidente y más que necesaria y obligatoria. Ser mejores cada día, ser capaces, superar y superarse, y hacer el bien y ayudar a que otros también lo consigan. Y así, sin ningún miedo a lo que esté por venir, conseguiremos tal vez (casi seguro...!), darle sentido pleno a la vida, y si lo creyéramos necesario, le daremos, tantas veces como nos haga falta, la vuelta a la tortilla... El caso es vivir a tope, intensa, auténtica y deliciosamente, viendo siempre el lado positivo y más sabroso en definitiva, de la existencia y la vida.