Hoy os cuento como ha ido mi visita a Taberna Pedraza, ubicada en la calle Ibiza 40, junto al parque del Retiro, en Madrid. Hacía tiempo tenía pendiente esta cita. Movida por la tentación de probar, entre otras cosas, su archi conocida y afamada tortilla de patatas al estilo de Betanzos, así poco hecha, con sus huevos 100% de corral, así como conocer el resto de platos de su carta. Así, tras finiquitar mis tareas y trabajo en esta radiante mañana de sábado, me dirijo rumbo a mi destino y lugar.
Ya en la entrada, una insigne frase de Gaudí, seña de identidad de la casa, que proclama: "La originalidad consiste en volver al origen." Y no hay duda, Santiago Pedraza, original de Los Yébenes, por parte de padre y Carmen Carro, su esposa, capitana y artífice de la cocina, lideran extraordinariamente este proyecto, bajo este lema, entre otros muchos principios y filosofías, y una gran valía gastronómicamente hablando.
Me reciben con alegría, en un ambiente cálido y acogedor, donde cohabita una acertada mezcla de estilos. Combinan a la perfección preciosas losas de suelo hidráulico, con elementos de acero industrial, que dotan al establecimiento de la apariencia como de casa de pueblo actual, en pleno Madrid centro. Comienzo a devorar su carta con los ojos y opto por: De La Taberna, la deseada tortilla de patatas con huevos de corral de origen Betanzos (espectacular y me quedo corta), las croquetas cremosas de jamón de bellota (de cerdos, padre y madre, de pureza certificada). !Exquisitas! Santiago me sorprende con unas alcachofas, fuera de carta, de presentación y sabor contundente. Seguimos con dos deliciosos mejillones tigre, chistorra con pimientos de padrón , morcilla de Beasain, de las de Olano, con puré de manzana y la hamburguesa de buey gallego, con sus salsas, de piquillo y de mostaza. Para terminar, Quesada Pasiega, de las de verdad. Y tan de verdad, como la cocina sincera y buena que en cada plato nos ofertan.
Estudiando Turismo, se conocieron Santiago y Carmen y llevan juntos desde entonces. Emprenden la aventura de abrir el restaurante cuando tras ser Director de Marleting y Turismo, Santiago, y empleada de agencia de viajes Carmen, un día, "cosas de la crisis", tras un despido inesperado, inician este apasionante giro de sus trayectorias personales y laborales. Apasionados por el buen comer, un día, le dice Santiago a su mujer: "no busques trabajo, dime qué quieres hacer, y vamos a por ello", a lo que ella contesta: "yo quiero cocinar", y ahí empieza la historia de la Taberna. Tras dos años recorriendo España y formándose en distintas escuelas (restaurante El Castillo en Aranjuez, y un sin fin de paradas más de aprendizaje), nace desde la pasión y la obsesión por el producto y por la buena cocina, este sueño hecho (y qué bien hecho), una realidad de notable éxito y de muy buenas perspectivas. Tanto es así, que en breve podremos disfrutar de un nuevo local suyo, cuyo proyecto va a desarrollar nada menos que Lázaro Rosavida (DiverXo, etc), donde podrán aumentar, por tamaño y logística, su rica carta de platos. Amor y cocina, y una vez más, la clave del éxito, la perseverancia, la continuidad, el seguir las tradiciones y las bases de la cocina nuestra de toda la vida, desde donde seguir elaborando, creciendo y enriqueciendo la rica gastronomía española, y la materialización de un sueño, de un deseo y de una creencia ciega a la vez que certera, en que si lo "que hago me gusta" y satisface, el resto, viene solito y por su cuenta.
Me satisface saber que volveré y repetiré, sin lugar a dudas, la experiencia. Anotado queda, en mi agenda de sitios preferidos donde comer en Madrid.