¡No tires la toalla...!, la mejor vista llega después de la escalada más difícil

Me gusta preguntarme el por qué de las cosas. Aunque no siempre les encuentre significado, aunque a veces, incluso, no tengan significado. Me gusta pensar no obstante que todo tiene un propósito, un plan "oculto", un "para qué", un "para algo"... Desde que nacemos y hasta el momento en el que dejemos este mundo. Desde que ponemos los pies sobre el suelo al levantarnos cada día, y hasta que nos acostamos al final del mismo. ¿Os habéis parado alguna vez a pensar con cuantas personas podremos llegar a cruzarnos y a interactuar a lo largo de toda la vida? ¿Millones quizás?, o puede que me quede corta... Cada uno con su trayectoria y con su historia y bagaje personal.

Hacedores todos de una misma y única Historia Universal, pese a nuestra propia naturaleza individual y a nuestras diferencias. ¿De dónde venimos y hacia dónde vamos? A todos nos corresponde un pedacito de tiempo. Tiempo en el que coincidimos y en el que compartimos con infinidad de otros seres. Seres iguales a nosotros, por el hecho de que existimos a la vez, en un mismo momento y espacio histórico. Cada uno llevará a cabo un cometido diferente. No obstante, me gusta pensar que nada es mera coincidencia; es más, creo con total seguridad, que las coincidencias no existen. Que existen las acciones y los propósitos, incluso creo que el hecho de que coexistamos en periodos concretos, responde a un plan de inteligencia superior. Por ello creo que no solo debemos aprovechar al máximo cada oportunidad que se nos brinda, si no que además, tenemos que aprender a convertir cada momento en oportunidad. Madurar es hacernos cargo de nosotros mismos; crecer, aprender y aportar nuestra experiencia al mundo, a los demás. Pues creo que nada ocurre fortuitamente y que formamos parte de un Todo universal; un todo a gran escala, donde miles de millones de sucesos, episodios, acontecimientos ocurren simultáneamente; donde confluyen pasado, presente y hasta futuro. Un Todo donde todo sucede y ocurre, en una única dimensión espacio-temporal, donde cohabitamos todos los seres humanos habidos en cada época. El hecho de nacer nos hace formar parte de la Historia Universal de este nuestro mundo. Me gusta percibirme como parte indisoluble, importante y vital de este gran Todo, mucho más allá de los límites y limitaciones personales.

Me gusta saberme responsable y participar consciente-mente de cuanto formo parte. Me gusta salir de mí y abrirme al mundo. Me gusta saber que formo parte de la historia, que yo misma con mi manera de estar, de vivir y de percibir el mundo, contribuyo a la Historia; que se trata de aportar, de crear, de contribuir a esta gran obra que es la creación. Creo que vivir es un maravilloso regalo y todos tenemos que descubrir nuestra misión y propósito. Quizás estamos aquí para descubrirlo y hacerlo realidad, quizás no podemos hacer más que cumplir ese plan para el que hemos nacido, o quizás es todo una casualidad, cosa que personalmente, no creo. Quizás se trate de mirar con más frecuencia el cielo, con sus puestas de sol o sus amaneceres; o quizás se trate de contemplar el mar con su oleaje y su infinitud. Tal vez sea sólo cuestión de contemplar el maravilloso legado de obras de arte, de espléndidas plazas, espectaculares monumentos, rascacielos y ciudades creadas por nuestros congéneres y semejantes; quizás se trate de contemplar la historia con todo su esplendor, con sus luces y sus sombras y de agradecer por todo lo que hemos conseguido; por los avances médicos, los tecnológicos, los humanos, teológicos y científicos. Quizás se trate nada más que de respirar profundamente, llenar de aire los pulmones y sentir la plenitud que produce el estar vivos; el formar parte de esta vida maravillosa y de esta Historia Única y Universal, razón más que suficiente como para hacer que cada día de nuestro limitado tiempo aquí, cuente. Aquí y ahora, seamos felices; hagamos lo posible. A lo mejor es cuestión de no tirar nunca la toalla pues "la mejor vista llega después de la escalada más difícil". Quizás todo pasa por algo, y quizás es más fácil y sencillo de lo que imaginamos vivir felices y en paz.