¿Por qué nos aferramos y echamos de menos determinados momentos o a ciertas personas? Porque cuando nos sentimos queridos y especiales depositamos nuestras ilusiones en el otro, sin percatarnos de que simplemente merecemos que nos quieran. Porque cuando nos tratan con ternura y confianza, bajamos la guardia. en un mundo donde acostumbramos a vivir enmascarados y a la defensiva, nos sentimos indefensos, vulnerables y pequeños cuando se nos mima. Porque cuando vemos la posibilidad de haber encontrado un compañero de viaje con quién caminar, nos resistimos a creerlo. Aunque la verdad es que casi todos queremos y anhelamos sentirnos amados de verdad, también es verdad que en mayor o menor medida, tenemos muchos miedos y barreras. A pesar de ello y precisamente por ello, nos gusta que nos quieran y sentirnos seguros y protegidos, y elegiríamos una y mil veces, a aquellos que nos hacen sentir como si fuéramos el único y último ser de la Tierra. Si bien nadie es imprescindible y podemos incluso olvidar con el tiempo parejas, incluso amigos que quedan atrás en el camino, nunca olvidamos del todo, pues siempre aprendemos algo de los demás, para bien o para mal. Unos nos iluminaron la vida y la existencia un poquito, otros abrieron nuestros ojos, nos mostraron un mundo mejor, y aunque no viniesen a quedarse para siempre, nos enseñaron una lección. En ocasiones nos cuesta y hasta nos duele su ausencia, sin embargo, aunque se les extrañe y quisiéramos tenerles cerca, debemos aceptar que cumplieron su papel y su misión y que nosotros debemos continuar y cumplir la nuestra. Desde la aceptación y felices por haber tenido la oportunidad de conocer a esas personas, hay que tener fortaleza y autoestima suficiente para continuar y seguir nuestro propio camino con alegría y entereza. Porque en verdad somos absolutamente responsables de cómo nos sentimos emocionalmente hablando: podemos elegir estar bien o estar mal, aunque suene raro. Amar para mí es lo opuesto a sentir ataduras, a tener expectativas, patrones de conducta e ideas preconcebidas acerca del amor, de nosotros mismos, de las cosas o de las personas. El amor para mí es desinteresado, casto y puro, no tiene miedo, o si lo tiene lo acepta y lo afronta. Amar es permitirse sentir y querer con libertad, sin porqués ni motivos, es fluir sin más, y sacar lo mejor de nosotros mismos y de los demás.
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